Caminando por la Quinta Avenida de Manhattan, New York, y viendo los rascacielos modernos, de repente se me vino a mi vista un fuerte contraste: una catedral bien grandiosa situada en la zona más próspera de la ciudad. Según información, se dice que es la catedral más grande de Norteamérica. Sería una lástima no poder tomarle fotos que muestran los detalles de esta estructura antigua.
Al entrar a la catedral percibí una energía totalmente distinta, como si hubiese llegado al otro mundo. Su solemnidad es impecable.
En ese momento tenía un único lente de 18-55mm, el diafragma máximo es de F/3.5, no fue tan suficiente para lograr una buena exposición, sin embargo en este caso se puede aumentar la sensibilidad ISO a 800, para poder subir la velocidad de obturación y que así se puedan visualizar bien los detalles.
La geometría se ha podido observar en la estructura interna. Además un buen diseño de la iluminación interior ha propiciado las condiciones favorables para lograr buenas fotografías.
No se recomienda una sensibilidad ISO mayor de 1600 para evitar los ruidos (los punticos o manchitas coloridas) sobre la imagen.
Las ventanas de la catedral es del típico vidrio de colores, los cuales dan vida a esta fotografía del interior. La oscuridad en la parte superior hace que resalte los colores del cristal, mientras que la parte abajo recibe una luz suave.
No sé qué tal te parece, pero a mi esta foto que aparece a la izquierda me gusta mucho, creo que es por la degradación de luz y color, y las curvas genialmente trazadas en la parte superior.
Si pudiera tomar esta foto con un lente del ángulo ultra-amplio, saldría seguramente magistral, pues cubrirá mayor parte del techo, lo que se permite una vista "panorámica".
Hace falta sinceramente volver otra vez a esta preciosa Catedral y por supuesto ir mejor preparado.
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